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Archive for the ‘ECONOMIA SOCIAL Y SOLIDARIA’ Category

Coopeagri, empresa modelo de economía solidaria en Costa Rica

Mucho tenemos que aprender de organizaciones afines a las nuestras. Coopeagri es una de las empresas más destacadas en el ámbito de la Economía Solidaria en Costa Rica.

Los siguientes videos captados en la visita que hicimos de parte de la delegación de Grupo Jade a Coopeagri dan cuenta de algunos elementos fundamentales de su modelo empresarial y organizativo.

ECONOMÍA SOLIDARIA Y EL INTERNET (web)

El paradigma de la Economía Solidaria se acerca al ideal de Internet entendido como escenario de interacción social, capaz de dar soporte tecnológico al desarrollo de una comunidad virtual, recurso activo de una auténtica sociedad de la información y del conocimiento. Pero internet no en todo es así, tuvo que evolucionar como alternativa a un modelo anterior de uso y fue la respuesta a un contexto socioeconómico en crisis.

La Economía Solidaria es una alternativa que responde a este fenómeno desde el ángulo empresarial. Dentro de internet, la WEB 2.0 es la alternativa que responde al fenómeno desde la tecnología.

La Web 2.0 no nace como una tecnología propiamente dicha, nace como un modelo de acción, de uso de la Web, sostenida por un conjunto de aplicaciones tecnológicas orientadas al desarrollo de una inteligencia colectiva que permite propiciar “la combinación de comportamientos, preferencias o ideas de un grupo de personas para crear nuevas ideas”

Será interesante preguntarnos en nuestras organizaciones qué tanto estamos al corriente del uso y valor de las nuevas tecnologías y herramientas…

Para profundizar en el tema: SEGARAN, T. (2008). Anaya. Inteligencia Coletiva. Desarrollo de aplicaciones Web 2.0 Madrid

Claves importantes entre la economía solidaria y las tendencias actuales

El conocimiento, en la actualidad está cobrando el lugar primordial en los ámbitos de gestión. Es el principal activo que condicionará el nivel de bienestar de cada sociedad. Mientras que en la economía primaria el factor de competitividad fundamental era la tierra y el trabajo físico, y en la economía industrial el factor clave era el capital, en la economía actual el conocimiento y las personas son la clave de la competitividad.

En este sentido, el conocimiento es un factor que no entiende de fronteras conceptuales, por lo que la transformación necesaria trasciende el ámbito estrictamente económico. Desde la Economía Solidaria esto debe incluir el impacto en la sociedad, en poblaciones concretas, en beneficio de personas.

Ello requiere una transformación en las relaciones laborales para posicionarse en los ámbitos sociales y políticos, nuevos modelos de gestión en la empresa: nuevos estilos de dirección, modelos de participación y medios de motivación. Así mismo, el fortalecimiento de las identidades colectivas, o microcolectivas y la puesta en práctica de niveles superiores de calidad y efectividad en nuestras organizaciones.En el mundo ajeno a la Economía Solidaria hay ya la claridad de los factores que proporcionan el éxito empresarial a gran escala. Un ejemplo de ello es el modelo de Silicon Valley, importante zona pionera e innovadora del Planeta.

A continuación anoto 10 claves del estilo de gestión de las empresas de Silicon Valley, que cita Tom Peters en su libro The Circle of innovation:

1)Tolerancia al FRACASO( equivocarse es un honor)

2)Se valora la MOVILIDAD entre empresas( enriquecimiento con las experiencias, la diversidad y ver cosas distintas)

3)Búsqueda de RIESGO

4)Deseo de REINVERTIR

5)Entusiasmo por el CAMBIO ( o nos hacemos obsoletos nosotros mismos o lo hará la competencia )

6)Ascenso por MÉRITOS ( las grillas internas no valen, los resultados sí)

7)Obsesión por el PRODUCTO O SERVICIO ( siempre en búsqueda de nuevos )

8)Disposición a COLABORAR EN EQUIPO

9)VARIEDAD ,variedad y variedad( mezclar lo pasajero con lo anterior y lo cotidiano con lo próximo )

10)TODOS pueden jugar ( Permanente receptividad a las ideas de todos )

Prácticamente habría que añadir el asunto de la propiedad colectiva y converge bien con los principios de la Economía Solidaria. Claro, a varios de ellos hay que especificarles el detalle. Reinversión, por ejemplo, en el mismo proyecto, o en un proyecto de propiedad colectiva.

Realmente pienso que no deberíamos complicarnos demasiado sobre la discusión de la alternatividad de un tipo de empresas sociales solidarias como las que caracterizan a la Economía Solidaria y sus diferencias con la empresa convencional, de capital privado o como se le quiera denominar. Baste en nuestra siguiente etapa por una Economía solidaria auténtica y fortalecida, con cumplir estos requisitos, manteniendo obviamente nuestros principios de los cuales ya hemos hablado mucho.

Y ¿qué elementos son los importantes a tomar en cuenta en la siguiente etapa?

La economía solidaria en realidad está en el lado más apasionado del pensamiento empresarial, aquél donde los gurús radicales como Tom Peters claman por un profundo cambio. Nuestros líderes en nuestras organizaciones y empresas deberíamos andar de allá para acá. En estos tiempos caóticos no hay nada mejor que hayamos aprendido que a hacer prácticas significativas muchas de ellas, de manera innovadora, sin embargo tienen la característica de que son bastante modestas, pequeñas y de poca o nula visibilidad.

Lo que es cierto es que la gerencia solidaria tiene el reto de mantener su modo de pensar caracterizado por lo inusual, lo cual lo ha hecho innovador; junto con eficientar la toma de decisiones, el ejercicio democrático y los canales de comunicación. Esto, si queremos lograr una mayor incidencia social y empresarial en el mercado y en nuestros pueblos.

Mondragón, big reference to response to the crisis

Keynote speech by Rob Witherell (Turned by Emily Kawano, from Center for Popular Economics & Solidarity Economy Network)

Western Mass. Jobs with Justice Conference. March 6, 2010

• An official unemployment rate of 10%

• A real rate of unemployment and underemployment of 17%

• Millions of good paying jobs lost, including 2 million manufacturing jobs in the past year alone

• Stagnating wages

• Frozen pensions and inadequate 401(k) plans

• Sky rocketing health insurance costs

• Millions of people without health insurance

• Millions of people falling into poverty

• Millions of people receiving food stamps to feed their families

• Millions of people homeless and millions more struggling to stay in the homes they have

In the middle of the worst recession we’ve seen in the past 70 years, conservative politicians in Washington, DC are defiantly putting the purity of their ideals before the reality of the painful consequences. Congress is not a high school debate club. People need help, not talking points.

Wall Street executives, who were part of creating this crisis, were the first ones with their hands out, asking for help from Main Street taxpayers. We gave them billions and billions of dollars. As panic began to recede, they gave some of those billions back rather than have to live with the few strings attached. These fat cat executives are trying to avoid accountability and transparency, regardless of the cost. The millions of dollars in bonuses being paid again to executives, while insulting to the rest of us, are less harmful to our economy and our communities than the fact that little has changed in how Wall Street works. Years of increasing deregulation have left us with a Wild West of finance where anything goes.

Corporate executives have not done much better. In response to this crisis, corporations cut pay, laid off workers, and closed operations – too often as the first option rather than the last. Year after year, shedding jobs and shuttering plants has become an all too familiar pattern in what remains of our manufacturing sector, as production, investment, and jobs are shifted to other countries with the fewest amount of labor and environmental protections possible.

The result of years and years of neglect have left us an economy that is rotting from the inside out. Our manufacturing sector has been hollowed out and our standard of living has at best stagnated, or worse, declined. Under the added weight of the financial crisis, our economy nearly collapsed.

Due to decades of decay, we no longer have an economy capable of a quick recovery. The “good” news announced yesterday was that we “only” lost 36,000 jobs last month. If last year’s stimulus bill has been effective as economic triage, and most likely it has been, then there is still a long, uncertain road to rehabilitation and recovery.

So what are we to do?

Maybe we need to rebuild from the ground up. But how? What should our blue print look like? What historical examples might we look to?

Let’s imagine the situation in the Basque region in 1943. Still devastated from the Spanish Civil War, most notoriously the bombing of Guernica in 1937, the Basque region continued to be punished by Franco’s regime, which forbid use of the Basque language and repressed Basque culture. Thousands were murdered for supporting the Republican forces, including the priest that Father Arizmendi replaced two years earlier, and nearly Father Arizmendi himself.

High unemployment. No social safety net. No pensions. Little access to capital and investments.

It is in this context that Father José María Arizmendiarrieta started up a small polytechnic school that was the seed for the phenomenon we know today as the Mondragon cooperatives. In 1956, five graduates of that school, with the assistance of Father Arizmendi, started the first Mondragon cooperative, Ulgor. A little over 50 years later, the Mondragon Cooperative Corporation employs over 100,000 people, with nearly all of them worker owners, and over $20 billion dollars in annual revenue.

Maybe there’s hope for us after all.

So, what can we learn from them?

To start with, let’s always remember that these cooperatives were started and supported not out of some utopian ideal, but rather a very pragmatic means of helping people put a roof over their heads, clothes on their backs and food on their tables. The goal was, and remains, to create jobs that can support their families and their communities.

The success of the Mondragon cooperatives comes from putting people first. Prioritizing people before profits – imagine that. We have become so conditioned to think that companies must prioritize profits above all else, usually for the sake of some group of unnamed, unknown shareholders, that’s is hard for us to imagine any alternative.

Now keep in mind that this is no utopia, this is a highly competitive, for-profit business – just organized differently than most . As the saying goes at Mondragon: “This is not heaven and we are not angels.”

At its best though, Mondragon could be a better way to run a business. A business that is sustainable, supports jobs, supports families, and supports communities.

So how has Mondragon been able to put people first and still be competitive, growing, and profitable?

The first thing we might want to consider are the ten Basic Principles of the Mondragon cooperatives:

• Education

• Sovereignty of labor

• Instrumental and subordinate nature of capital

• Democratic organization

• Open admission

• Participation in management

• Wage solidarity

• Inter-cooperation

• Social transformation

• Universal nature

How many corporate mission statements are out there where you can find ideals like “sovereignty of labor” and the “instrumental and subordinate nature of capital”? Not many, I’m sure. Yet these principles are why job creation and sustained employment are top priorities. Even during economic downturns, when unemployment is high, as it is now, the amount of layoffs within MCC are few and limited in duration. As noted by Judy Schwartz in a recent article, “During the 1980s, when Spain’s unemployment hit 27 percent, Mondragon’s hovered below 1 percent.”

As a worker owned cooperative, ultimately all profits are kept by the workers. Although some portion of profits are pooled with other coops and used for finance, education and R&D, a significant piece of the pie is distributed directly to workers in the form of profit sharing or put into the workers’ individual capital accounts. Shared risks become shared rewards.

Another key differentiation for Mondragon is the principal of democratic organization with “one person, one vote”. Every worker-owner owns an equal share and has an equal vote through “one class” ownership. All worker-owners can participate in the General Assembly to elect its Board of Directors, which is comprised of fellow worker-owners in the cooperative. The Board appoints management within the cooperative for a limited term. Workers also directly elect a representative, internal Social Council to advise the Board and management on a range of employment issues, including wages and benefits.

Mondragon cooperatives also subscribe to a principle of wage solidarity. In most cases, the highest paid worker in the cooperative makes no more than 5 times the lowest paid worker in the cooperative. In contrast, CEO’s at many multinational corporations take over 400 times the pay of the lowest paid worker. Wage solidarity means there is less disparity among workers and the communities in which they live, reinforcing the equality, and quality, of ownership.

Finally, the principle of social transformation means that a key part of the coops’ mission is to support and invest in their communities by creating jobs, funding development projects, supporting education, and providing opportunity. Their communities, in turn, support the coops.

There is no doubt in my mind that there is plenty we can learn from Mondragon. If we are going to dig ourselves out of this recession, we need every good example we can find. A business model that makes employment a priority and solidarity a principle would certainly reflect some of the key values of our Union.

I had the opportunity to visit Mondragon in September 2008. I was in nearby Bilbao for a different meeting when a good friend, who also happens to be Mondragon’s North American Delegate, suggested I go meet with the President of Mondragon Internacional at that time, Jesus Herrasti. In a good conversation, we found our organizations shared many key principles and ideas.

Over the year that followed, more conversations involving more people began to turn to specific ideas on how we might work together on projects in the U.S. and Canada.

In the context of the severe recession, we ultimately thought this was an idea and a partnership that shouldn’t be kept under wraps until we figured out all the intricacies of launching a specific union co-op project.

The USW and Mondragon announced our alliance on October 27, 2009, with little more than a common set of principles and a general framework of how our alliance would work. Risky? Absolutely. Success is by no means guaranteed.

How do we define success though? Is success only the physical manifestation of a USW/Mondragon affiliated coop?

Despite still being in the preliminary stages of this alliance, I would argue that it has already been a success. Since our October announcement, we’ve gotten interest from people in all corners of the U.S. and Canada, plus the UK, France, Australia, and of course, Spain.

Maybe success is shining a spotlight on a really interesting idea, at a time when it is desperately needed.

But can it work here?

I’ve heard a number of people wonder openly about whether such an idea could really take root in an American culture steeped in individualism. I would reframe such questions in a slightly different way though. In the midst of economic devastation and oppression, the people who originally formed and supported the Mondragon cooperatives did so out of necessity to feed and provide for their families. They started their own schools, created their own jobs, provided their own health care and met their own banking and financing needs. Theirs is a story about self-reliance and pragmatism, not just idealism. Shared values such as self-reliance and ownership have deep roots in our culture and history. In the middle of this economic crisis, people are desperate for answers. Since our announcement, I’ve gotten email and phone calls almost every day from people asking, pleading, for help.

We have a real opportunity to rebuild our economy from the ground up, in a way that is sustainable and creates good jobs. We cannot afford to wait for someone else to do it for us.

So, what is the Union’s role in this?

There are natural and historical alliances between the cooperative and labor union movements. Where those have diverged, we believe now is an important opportunity to bring them back together.

With Mondragon’s assistance, we will seek to closely implement their worker-owner model in combination with our collective bargaining model in a way that makes the workplace more participatory and more accountable to the workers, but also protects the interests of the workers and establishes guidelines to ensure that all workers are treated fairly.

We must ensure that ownership means more than just the value of a share.

A core part of this hybrid will be to transform the role of the Social Council into a Union Bargaining Committee. To sustain this model, we must also ensure a dynamic labor-management relationship rooted in partnership, understanding the needs of both the business and the workers, and respect for the advocacy roles each must take on.

Now some of you may be wondering why the USW is spending this much time and effort trying to develop coops. Well, we are indeed probably working outside of our comfort zone, but to me, that’s one of the aspects of my Union that I’m most proud of.

Leadership means taking risks.

My Union is undertaking this effort, like so many other things we do, because we know we cannot afford to rest on our heels. We cannot afford to insulate ourselves in the ongoing work of negotiating contracts and processing grievances. We must do more. For our members and for all workers.

We fight to protect the jobs we already have and the industries in which we work, but we also believe that our Union can play an important role in creating new jobs, developing better business models, and growing new industries.

We are in this alliance with Mondragon because we believe there’s got to be a better way to run a business that is sustainable and accountable to its workers and its communities.

We know change is hard.

While we must understand and learn from the past, we must not be beholden to it. We cannot simply tell ourselves “that’s just the way it is” or “that’s the way it’s always been”. We must set our own course for the future. Our children, our grandchildren, and everyone else that comes after us depend on it.

I have a small poster hanging above my desk with this quote from Margaret Mead:

“Never doubt that a small group of thoughtful, committed citizens can change the world. Indeed, it is the only thing that ever has.”

Father Arizmendi and five of his former students started a small co-op in the Basque region in 1956.

Imagine what we can do.

We have the power to change the world. The people right here, in this room, have the power to change the world, in ways both big and small.

What are we going to do with it?

We cannot afford to sit on our hands, we must act. We have the power and the responsibility to act. We can create good jobs. We can create jobs with justice. Now let’s go do it!

Los aportes de la Economía Solidaria, una visión europea

Vivimos en un mundo global que se desgarra en función de la acumulación, o ausencia, de la riqueza, bajo la única regla de la competitividad. El 44 por ciento de la población mundial vive con menos de dos dólares al día y el 18 por ciento vive en pobreza extrema. Uno de cada dos que vivimos en el mundo está en el ámbito de la pobreza. La pobreza se ha territorializado. 

Una estimación de las Naciones Unidas para América Latina señala que entre 1970 y 1980 había 50 millones de pobres e indigentes, pero en el 2000 los pobres eran 224 millones de personas.

En 1820 la distancia entre la renta de Estados Unidos y África era de tres a uno y en 1998 esta distancia de incrementó siete veces, siendo de uno a veinte. Según la Revista Forbes, la fortuna de cada uno de los 400 estadounidenses más ricos creció, entre 1997 y 1999, un promedio de 940 millones de dólares. Durante un reciente periodo de doce años, los bienes del 40% de los hogares más pobres de ese país se redujeron en un 80%. Para los ricos el aumento promedio sería de 1.287.671 dólares por día. Si eso fuese el salario por una semana laboral de 40 horas, resultaría que habrían ganado 225.963 dólares a la hora, o 43.867 veces el salario mínimo. Todo en un mismo país.

Según el programa de Naciones Unidas para el desarrollo los problemas del hambre, del acceso al agua potable, de una vivienda mínima, y de la asistencia sanitaria básica se resolverían si suprimimos en un 10 por ciento la publicidad mundial y creamos un fondo mundial de desarrollo planetario.

¿Crecimiento o desarrollo?

Es preciso revisar los conceptos dominantes del crecimiento económico, que no siempre significa desarrollo. Incluso su medida, en términos de Producto Interno Bruto (PIB), se concreta tan solo en flujos monetarios, no en cohesión social. De forma que se puede crecer pero no desarrollarse. Un país puede tener más dinero pero, también, más pobres. Se está poniendo en cuestión el concepto de PIB como elemento de medida. Y con ello, se ha de reconsiderar el concepto de riqueza.

Los sistemas de contabilidad nacional, que provocaron el nacimiento del conocido PIB después de la Segunda Guerra Mundial, son, esencialmente, la base de la reconstrucción de una economía a la que no interesa cuestiones como la ecología o las personas. Sólo interesaba lo que tenía valor económico y no lo que tenía valor humano.

Según Viveret, se tienen que desarrollar estrategias que permitan a los seres humanos situarse en lógicas cooperativas, más que en lógicas de lucha o guerreras, que en economía se llaman lógicas competitivas. Lo esencial de la revolución de la inteligencia, de la revolución de la información es que es contraria a la mayoría de las características emocionales que hoy en día tiene la nueva forma del capitalismo, y que se resume en una frase que no cesan de repetirnos: «ganarás luchando contra los demás, y no gracias a los demás». Competitividad y lucha. Esos son los valores. No hay aliados, tan solo hay competidores.

Kart Polany, al describir la sociedad actual dominada por el vínculo económico-mercantil, sostenía que es tan determinante que absorbe y subordina los vículos políticos, efectivos, amistosos o asociativos. Es decir, decía Polany, que estamos no en una economía, sino en una ecorreligión, una religión de la economía, en la cual el sistema de creencias y el sistema de valores deriva en creer que ocupándonos de la economía ya nos ocupamos de todas las cosas.  

¿Y el empleo….?

El empleo y riqueza son dos columnas sustentadoras del Estado del Bienestar.

En el caso del empleo, esta concepción ha hecho daño y distorsionado las cosas. Lo productivo como valor dominante constituía el empleo como factor de producción. Por tanto, las personas eran recursos productivos. Incluso su selección para un trabajo era diseñada desde la óptica de adaptación al puesto pensando en la mejor productividad.

Ello aporta, como conclusión natural del mercado, la exclusión.

Como enseña la experiencia, las políticas comienzan a mejorar cuando los ciudadanos se deciden a actuar. [4].

La exclusión del mercado laboral destruye la capacidad cívica de las personas y ésta la normalidad democrática. Sin empleo difícilmente se puede construir una sociedad de todos y para todos. Mayor cohesión y educación, así como las políticas sociales, contribuyen al progreso económico y al bienestar.

El compromiso por el empleo se ha de integrar en las diversas decisiones empresariales y de políticas públicas, sabiendo que al destruir empleo se destruyen mecanismos básicos de democracia y ciudadanía. Para evitar esta tendencia dominante será imprescindible la implicación de todos los agentes sociales (la sociedad civil). Lo que es coherente con las políticas que buscan un crecimiento económico asociado a una mayor cohesión social.

¿Y qué aporta la economía social en ello?

El Consejo Económico y Social de Europa[5] dice que en la Unión Europea (UE) cada vez es mayor la importancia social y económica de las empresas y organizaciones de la economía social[6] (EES): con alrededor de nueve millones de trabajadores en equivalente a tiempo completo, representan un 7.9 por ciento del empleo asalariado civil[7]. Además, engloban una proporción considerable de la sociedad civil, puesto que se considera que forma parte de ella más del 25% de los ciudadanos de la UE, en calidad de productores, consumidores, ahorradores, habitantes de una vivienda, asegurados, estudiantes, voluntarios, etcétera. Las EES se desarrollan esencialmente en determinados sectores como la sanidad, el medio ambiente, los servidos sociales y la educación[8].

Desempeñan un papel fundamental en la creación de capital social, la capacidad de emplear a personas desfavorecidas, el bienestar social, la revitalización de las economías locales y la modernización de los modelos locales de gestión. Asimismo, han establecido sistemas de balance societal para evaluar su impacto social y medioambiental. En España, según los datos publicados recientemente por CEPES, este tipo de empresas representan el 8 por ciento del PIB, el 14 por ciento de la población ocupada y un 25 por ciento de la población española tienen relación con alguna de estas organizaciones. Se está dibujando con estos elementos un nuevo modelo de ser empresa, distinta de la tradicional, cuyos resultados y consecuencias sociales serán, evidentemente, distintos a los rasgos descritos.

Las empresas de Economía Social se apoyan en las personas, son de propiedad colectiva, por lo que todos sus socios (sus propietarios) se han de involucrar en las decisiones. Son «otra forma de hacer empresa y de generar riquezas» siempre colectiva; que se compromete con el territorio (una empresa de economía social nunca se deslocaliza) y su producción suele ser respetuosa con los clientes, los productores y con sus relaciones de contratación.

Las estructuras de la economía social han mostrado su utilidad cuando se trata de reforzar a las pequeñas y medianas empresas tradicionales cuando éstas las emplean para formar sistemas de empresas (redes, grupos, estructuras comunes de apoyo) o realizar economías de escala, así como para establecer mecanismos de garantía recíproca de préstamos bancarios.

La Economía Social aporta empleos en condiciones de mejor calidad y estabilidad. Podríamos decir que estas empresas aportan diversos valores a las personas y a la sociedad por sus propias características, su propiedad colectiva, su gestión democrática y su generación de riqueza para todos. Podrían enumerarse las aportaciones al empleo en los siguientes temas:

a) generación de valor añadido social. Lo que se concreta en la aportación a las personas y a la sociedad de:

  • Una capacidad innata y progresiva de adecuación a las nuevas circunstancias y a la evolución de la sociedad.
  • Un modo más social y humano de entender la economía, la gestión y el progreso.
  • Una capacidad de emprender en sectores o espacios económicos poco atractivos para otro tipo de empresas, siempre empeñadas en maximizar el beneficio.
  • Una ayuda a emerger economías informales y sumergidas, ayudando a aflorar puestos de trabajos.
  • Formación en la gestión y en la democracia. No en balde han recibido la calificación de ser escuelas de democracia económica. Cada uno de sus socios ha de opinar sobre las variables estratégicas de la empresa, del mercado y de la competencia, pues la experiencia empresarial es de todos sus socios.

b) cohesión e inclusión social[9].

  • La economía social favorece la integración de todas las personas y reduce la exclusión social. Existen experiencias evidentes en este campo sin las que no sería fácil entender determinados sectores sociales, por ejemplo, el de la discapacidad.

c) se compromete con el entorno y con la comunidad donde reside, siendo una expresión de «˜economía de la proximidad», contribuyendo así a la resolución real de los problemas sociales, territorializados:

  • Se adaptan al modelo y necesidades locales, inventando experiencias productivas y empresariales que ni el inversor privado ni el público solucionan.
  • Crea riqueza y ayuda a distribuir eficazmente la renta incrementando la equidad social.

d) desarrolla capital social incrementando las relaciones de confianza entre las personas:

  • Crea empleo estable en mayor proporción que las empresas tradicionales, pues la experiencia empresarial de los socios que se deciden a abrir una empresa no lo hacen en condiciones de temporalidad.
  • Suele ser, a veces, una experiencia que ayuda a reciclar a los trabajadores que o fracasaron en el empresa tradicional o esta empresa fue la que fracasó expulsándoles a la calle por las razones que sean.
  • Genera cultura de participación, corresponsabilidad y riesgo compartido, imprescindible para el éxito de las políticas de rentas y crecimiento compartido. O lo que es lo mismo, ayuda a generar cultura ciudadana.
  • Establece relaciones de confianza entre la personas

e) fomenta el espíritu emprendedor, activando las capacidades personales.

  • Estas empresas se apoyan en la capacidad emprendedora (individual y colectiva). Por lo que son escuelas de formación empresarial

No son estas afirmaciones y valoraciones un relato extralimitado de las aportaciones de la Economía Social. Es la consecuencia natural de ser una empresa propiedad de todos sus socios, que afecta por igual a todos, que traslada a todos por igual al fracaso o al éxito, según se haya sabido gestionar; en las que el riesgo compartido hace posible la experiencia empresarial (pues en solitario no hubiera sido posible). La nuclear separación de estas empresas de las tradicionales se basa en que aquí una persona es un voto, lo que traslada una connotación de colectividad, de implicación, de creatividad… que no es capaz de trasladar la empresa de capital. «Una persona un voto» es un elemento dinamizador que, en sí mismo, se convierte en motor de desarrollo personal a través del puesto de trabajo.

Integración de la ética en la economía.

Dice Joseph Stiglitz[10] que «se necesitan políticas para un crecimiento sostenible, equitativo y democrático. Ésta es la razón del desarrollo. El desarrollo no consiste en ayudar a unos pocos individuos a enriquecerse o en crear un puñado de absurdas industrias protegidas que solo benefician a la élite del país».

El desarrollo consiste en transformar las sociedades, mejorar la vida de los pobres, permitir que todos tengan la oportunidad de salir adelante y acceder a la salud y a la educación.

Lo que comporta que los economistas deberían contribuir en la generación de una economía que enfrente las tremendas exclusiones actuales, como la pauperización de los niños (60 por ciento de los niños de América Latina son pobres), la destrucción de las familias por la pobreza y el desempleo (una de cada cinco en toda América Latina), la marginación de los jóvenes (su tasa de desocupación en esta región duplica el resto), las que derivan de las discriminaciones del genero, del maltrato a las edades mayores, a las minorías indígenas, a los discapacitados, a los excluidos…»

Queremos una sociedad de todos, para todos sin exclusión, donde todas las personas tengan su espacio. El empleo es fuente de ciudadanía. El puesto de trabajo es base de la dignidad. Queremos una sociedad distinta de la que heredamos de la vieja cultura industrial. Donde lo productivo no sea el valor dominante, sino lo económico y lo social. La ética ha de volver a la gestión de las empresas, de la economía y de la sociedad. También a los Poderes públicos. En ello la Economía Social tiene muchas cosas que decir, porque ya las hace, porque son sus valores. La Responsabilidad Social, concepto emergente hoy, no es nada más que hacer que las cosas sean como siempre debieron ser.

Notas

* Presidente de la Confederación Empresarial Española de Economía Social (Cepes), organización que en 1992 se constituye como la institución representativa de la Economía Social en España.

[1] Ver «El fin de la pobreza», de Jeffrey Sachs, Barcelona, 2005.

[2] Bernardo Kliksberg. «El círculo de hierro».

[3] Ver: «Reconsiderando la riqueza, reconsiderando el empleo», realizado en unión con el Equipo Promocions. Barcelona. 2004.

[4] Evaluación del quinto programa comunitario de política y acción en materia medioambiental, 1999, documento de la Comisión.

[5] Dictámen del Comité Económico y Social Europeo sobre «La diversificación económica en los países adherentes. Función de las Pyme y de las empresas de la economía social». Bruselas, 1 de abril de 2004.

[6] Son empresas de diversas figuras jurídicas (su eje constitutivo son las cooperativas, pero también integran a las mutualidades, las fundaciones, especialmente las que comprenden objetivos sociales, del mismo modo que a determinadas asociaciones). En España se integran también en este concepto a las sociedades laborales (ver declaración del Comité Europeo Permanente de Cooperativas, Mutualidades, Asociaciones y Fundaciones -CEP,CMAF).

[7] CIRIEC 2000: «The enterprises and organisations of the third system: strategic challenge for employment», Universidad de Lieja.

[8] Véase la Carta de la CEP-CMAF (Conferencia Europea Permanente de Cooperativas, Mutualidades, Asociaciones y Fundaciones). La carta Europea de la Pequeña Empresa reconoce que aunque las pequeñas empresas son «la columna vertebral de la economía europea«?, también son «las más sensibles a los cambios en el entorno empresarial«.

[9] Existen figuras jurídicas especializadas en la inclusión laboral. En España ésta son «las empresas de inserción», dirigidas a crear empleo que pueda aportar elementos de integración para personas que el mercado laboral no emplearía «“personas inempleables- como son los ex drogadictos, ex alcohólicos, ex presidiarios (superados sus problemas de dependencia no son admitidos por el mercado laboral). También están los Centros Especiales de Empleo, especializados en insertar laboralmente a personas con discapacidad, tanto física como sensorial o intelectual. En Europa estas empresas son las cooperativas de iniciativa social, también existentes en España. La ley de cooperativas española (27/1999, de 16 de julio) las define como «aquellas…que sin ánimo de lucro y con independencia de su clase jurídica, tienen por objeto social…el desarrollo de cualquier actividad económica que tenga por finalidad la integración laboral de personas que sufran cualquier clase de exclusión social».

[10] Ver «El malestar de la globalización»? Joseph Stiglitz. Taurus.

FUENTE: autor: Marcos de Castro, CEPES, España

El Cambio Climático: impacto y desafíos para el sistema financiero y productivo

Diversas organizaciones de Costa Rica han reunido esfuerzos para múltiples actividades de coordinación y de compartir recursos durante más de dos décadas. Desde el 2006 se constituyeron bajo una agrupación, el Consorcio para el Fortalecimiento de la Economía Social. Su aporte ha sido significativo en el apoyo brindado y la promoción a empresas rurales y urbanas en agricultura convencional, ecológica, procesados, comercialización, turismo comunitario, entre otras àreas de la actividad económica. Actualmente buscan ampliar el campo de acción geográfico y temático así como sumar a otras experiencias similares a nivel nacional e internacional.

En marzo se realizará el Foro Internacional denominado “El Cambio Climático: impacto y desafíos para el sistema financiero y productivo” en el marco de un encuentro internacional de diferentes organizaciones y empresas de la Economía Social de Canadá, México, Italia, Francia y Centroamérica. Del 22 al 26 de marzo una delegación de representantes de la Economía Social de Europa, Canadá, México y Centroamérica visitará a empresas y organizaciones en México, Guatemala y Costa Rica, para conocer analizar las distintas realidades, discutir los retos y perspectivas de la Economía Social en relación con el cambio climático. En Guatemala, compañeros/as de Cuatro Pinos y de la Red Comal de Honduras recibirán el grupo internacional. En Costa Rica habrá un encuentro y el Foro, en el cual, expertos internacionales y representantes de sectores de la Economía Social analizarán el problema del cambio climático y sus efectos, desde la perspectiva productiva y financiera, con enfoque en la economía social.

La actividad es organizada por el Banco Popular y de Desarrollo Comunal en coordinación con CONGES, la UICN/Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Encuentros de Mont Blanc.

Una diferenciación frente al sistema económico imperante es esta capacidad de acción de la corrientes de economía social: la amplitud social que le da su enfoque: es calro que la Economía Social no puede entenderse de manera reduccionista. No se trata de hacer que sobrevivamos hasta que se reactive la economía y el empleo, porque no se va a reactivar de manera sana y estable sino al atender en su conjunto las distintas grandes necesidades de la esfera en que vivimos. Las pérdidas de vidas humanas, biológica,s sociales e intelectuales que estamos teniendo como consecuencia del calentamiento globall y otros problemas de tipo ecológico colaterales conciernen entonces al sector de la Economìa Social.

En suma, se trata de activar las capacidades de todos los ciudadanos propiciando el desarrollo de lazos sociales vinculados a la satisfacción de una amplia variedad de necesidades materiales, sociales y de la recuperación de los derechos de todos.

Esto requiere de proyectos y programas de acción compartidos por actores heterogéneos, que se suelen encontrar en este tipo de iniciativas, foros, encuentros, congresos, afrontando el reto en su modo de operación de superar los protocolos para incidir con prácticas ancladas en la realidad.

Coopeagri

Coopeagri es una de las organizaciones más destacadas en Costa Rica en el ámbito de la Economía Social y Solidaria. Consideramos su experiencia porque brinda un punto de referencia innovador y concreto de éxito que permite iluminar otros modelos a lo largo de México o inclusive Latinoamérica. Sirva para retroalimentar visiones y encontrar nuevas alternativas para aprovechar los recursos de nuestra propia experiencia en México.

Estuvimos con Victor Hugo Carranza, Victor Hugo Morales y su equipo de trabajo, comprometido, organizado y competitivo. Lo primero que habría que decir es que la calidez de la atención fue de acogida amistosa, siguiendo a tono con la cultura del «tico», llámese el costaricense. Desde Rafa que nos recibió y fue tan amable de llevarnos a dar un paseo (al volcán Irazú, al bosque lluvioso, etc.) hasta todos los compañeros de Pérez Zeledón, cooperativistas, oriundos de la región, dígase los miembros del Consejo de Administración o el equipo de las distintas áreas y gerencias de Coopeagri.

Tuvimos la oportunidad de visitar, además de las oficinas centrales, el ingenio cañero (2000 trabajadores aprox), el beneficio de café (8000 productores aprox, que trabajan bajo normas de Comercio Justo y que exportan a todo el mundo), el supermercado (con 4 sucursales y foco claro de las trasnacionales por ser reconocido como competencia importante), la estación de servicio (la mejor de la población) que cuenta con llantera, refaccionaria y taller además de todo tipo de servicio de gasolina y diesel, y Credicoop entre otos proyectos que tienen.

Todo esto puede suceder en cualquier lado, la diferencia es su modelo cooperativo, que si bien también lo hay en muchas partes del mundo, aqui hay una muestra de un cooperativismo actualizado. Nada que ver con el cooperativismo mexicano, que desde muchos años atrás tomó rumbos de perversión por causa de los intereses políticos (salvándose Pascual Boing o Cruz Azul).

Coopeagri es muestra de una empresa grande con incidencia en una población, derramando desarrollo, motivando al trabajo, y afrontando retos del mercado nacional e internacional. Ahí, en el Cantón de Pérez Zeledón, donde están las mujeres más bellas de Costa Rica, Coopeagri se ha lanzado desde hace cerca de 50 años a conquistar antes que un mercado, un nuevo modo de hacer empresa, el de la empresa basada en las personas, procurando una justa repartición de la riqueza, valores solidarios expresados en sus gestiones internas y externas, y una alta dosis de creatividad, exigencia, y competitividad.

Cuentan con un desarrollo tecnológico al día, y una tecnología social, que podría llamarle organitécnica. Basados en un modelo de gestión diseñado durante varios años con el esfuerzo de muchos emprendedores de Coopeagri, dan seguimiento a los procesos, con referencias sí de Norton y Kaplan, pero sobretodo las suyas mismas, herramientas y mecanismos generados por personas preparadas para ello.

Según Victor Carranza, el modelo de gestión en palabras simples es aquello que señala «la manera de hacer de la empresa para evitar que cada quien haga lo que se le ocurra». Con esta frase empezó la exposición en que nos presentó el proyecto, con su balance social. Y vaya que tienen un modelo sólido que comprende sus principios con claridad hasta los controles de mando operados desde las unidades gerenciales.

El balance social no es otra cosa sino aquella cuenta al final de cada año en la que se indica el impacto social en una serie de beneficios de todo tipo ligados a todos sus proyectos, que dejan en los socios, sus familias, y también la población en general, y que tiene variables de impacto social en la población para su medición.

CoopeAgri R.L. nace el 25 de noviembre de 1962 como la opción para solucionar los problemas de industrialización y comercialización del café que enfrentaban los pequeños y medianos caficultores de San Isidro de Pérez Zeledón.

Desde su fundación, CoopeAgri ha evolucionado de manera notoria en cuanto a tecnología, nivel de producción y alternativas de desarrollo. Se inició con un beneficio que procesaba 12.000 fanegas y contaba con 391 asociados.

Hoy, es una empresa catalogada como modelo de Economía Social y Solidaria en el ámbito nacional y latinoamericano, gracias a su diversificación que abarca áreas como: agrícola, industrial, comercial y financiera. Actualmente cuenta con más de 10 mil asociados y se ha convertido en una empresa pionera, que ha impulsado el crecimiento económico en la extensa zona sur de Costa Rica.

Coopeagri se rige por un alto sentido humanista con enfoque en la excelencia de la calidad de sus productos, ya sea para el consumo local como para los más exigentes mercados internacionales. Para más información accesar aquí a Coopeagri

Para rematar el viaje, pues ir a Costa Rica y no pasearse es tener sólo la mitad de la experiencia, tuvieron a bien llevarnos a la Isla del Caño, entrando por playa Uvita o de las Ballenas, y aunque no vimos ballenas por la época del año, sí que vimos delfines, y gozamos de una esnorkeleada admirando el mar como pecera.

Volvimos a México con una epxeriencia interesantísima y un paquete de café, «Del Valle». Tenemos programado que nos visiten nuestros compañeros en mayo de 2010 para conocer los proyectos de Economía Social de México.

Aquí un video sobre Coopeagri con ocasión del día mundial de Comercio Justo, aunque ya está un poco atrasado, vale echar un vistazo

 

Debates de la Economía Solidaria

Desde hace tiempo en el escenario de los varios debates al rededor de la Economía Solidaria está el de la homogeneidad o heterogeneidad, así como el de la integración de la diversidad versus la búsqueda de la uniformidad para cobrar fuerza social.

¿Que claridades tengo yo sobre estos debates? dicho a vuelo de pájaro, porque hoy en día falta abrirnos tiempo para profundizar como uno quisiera dado que el remo está en una mano y en el otro la reflexión. He aquí unos brochazos de respuesta:

Por un lado, hay una tendencia de unificar criterios y esfuerzos comunes, aquellos que se montan sobre los principios de Prioridad a la persona sobre encima del capital, Propiedad colectiva o social, Inversión de beneficios en proyectos de desarrollo, Encargo colectivo de gestar alternativas basadas en la equidad, la democracia y la justicia, inclúyase el respeto y promoción de los Derechos Humanos, económicos, ambientales, sociales, ecológicos, culturales, etc.

Por otro lado habrá que mantener el equilibrio que de origen le caracteriza a la Economía Solidaria: una diversidad de formas nacientes, pululantes por diversos países, bajo diversas necesidades y con prácticas diferentes, así como métodos, sin pretender uniformarlas y guardandolas en su especuificidad y tamaño -ya estamos claros en que cayó la época del pensamiento ùnico y los metarelatos- o por lo menos se desvaneciò dejando ver que no hay una ùnica propuesta en la sociedad globalizada, sino «n» propuestas de diversa índole. Me parece que la diversidad de experiencias y propuestas de Economía Solidaria deben de quedar en gran medida así, diversas. Sölo que hay que generar mecanismos de integración, de creación de redes. Mismas que de hecho ya están activas y en construcción.

Para ello hay que tomar en cuenta algo más, y aquí viene a colación una nota reciente de Luis Razeto en El Ciudadano– no todos los organismos, instituciones, empresas y agrupaciones que trabajan en proyectos sociales o socioempresariales se deben de catalogar como entidades de la Economía Solidaria, siendo un filtro fundamental la vivencia o promoción de los principios anteriormente señalados.

Luis Razeto -en la referencia citada- señala que «el mercado es una realidad social e histórica, pues es la expresión de que los humanos nos necesitamos y trabajamos unos para otros… Destaca la importancia de realizar una gran autocrítica, desde dentro del mercado y del mundo de quienes adhieren a la economía solidaria».

Así como «no hay que confundir el concepto genérico de mercado con el particular mercado capitalista, que es competitivo y disociador», tampoco hay que confundir los componentes básicos de organizaciones sociales o del tercer sector con los componentes (principios y prácticas) de la Economía Solidaria.

La nota de Razeto y mi este post es con ocasión de la presentación que hizo Razeto del libro La Economía de Mercado y el desafío de los valores cooperativos, del académico peruano Arnold Encomendero. Razeto coincidió con Encomendero en cuanto a que el principal desafío de la Economía Solidaria es la necesidad de integrar los valores con el requerimiento de eficiencia y racionalidad económica, reto que muchos de los que trabajamos en la Economía Solidaria podemos sostener como prioritario y se encuentra anclado en nuestro trabajo diario.

Por una producción sostenible y un consumo responsable

Con este lema seguimos en la Cuarta Feria de Economía Solidaria de Querétaro: «Por una producción sostenible y un consumo responsable» .

Como cada año entre los meses de octubre y noviembre el Consejo De Economía Solidaria de Querétaro organiza este espacio como una alternativa para la comercialización, trueque y ensayo de la moneda alternativa para productores y consumidores solidarios, y para los que se suman año con año a este nuevo modo de hacer economía.

Contamos con la presencia de productores de Querétaro y otros estados de la república como Guanajuato, Estado de México, Jalisco, Hidalgo, Michoacán, Oaxaca y Puebla, entre otros. 

Entre las organizaciones presentes estuvimos de parte del Consejo Estatal de Cooperativas y de Economía Solidaria de Querétaro, representantes de la campaña «Sin maiz no hay país», alumnos, profesores e investigadores de la Universidad Autónoma de Querétaro, el Consejo Mexicano de Empresas de Economía Solidaria, compañeros del Instituto Intercultural Ñöñho de San Ildefonso, el Consejo Ecosol Querétaro, CEDESA (Dolores Hidalgo, Gto.), entre otros…

Evitando el rollo y buscando facilitar que el amable lector dé una «probadita» de la Feria les comparto lo siguiente:

VOCES DE LA FERIA:

«No es buena la seimbra de maíz transgénico. Hay suficiente maíz en el país y suficiente capacidad. Lo que hace falta es fomentar la economía del autoconsumo, mediante políticas que contribuyan a desarrollar estrategias desde los productores, desde los campesinos».

«La Economía Solidaria surge desde la práctica, actualmente se está teorizando y consensando conceptos e ideas pero su lugar de origen es en las experiencias del pueblo que se organiza para proponer nuevas maneras de producir solidariamente, comercializar con solidaridad y consumir solidariamente»

«La interacción de la sociedads civil con la suma de intereses de las comunidades es lo que nos dará fuerza para construir otra economía»

«El problema del calentamiento global es el resultado de un sistema económico y social que no ha respetado la naturaleza y su ciclo de vida. Nuestro compromiso es con nuestra tierra, es con nuestra gente»

«las prácticas de ecotecnia favorecen una convivencia armoniosa entre las personas y con la naturaleza, son clave importante para lograr un desarrollo sustentable»

«Los economistas han hablado del Producto Interno Bruto, en Bután ya está vigente un indicador que tiene mucha relación con la Economía Solidaria: es la Felicidad Interna Bruta, y se mide no por indicadores económicos en sentido clásico sino por indicadores de satisfacciòn en la vida, el trabajo y la sociedad»

4a Feria de Economía Solidaria en Querétaro, versión 2009

Estamos en la Feria de Economía Solidaria en el Jardín Guerrero. La música de Mercedes Sosa abre el día para ir calentando en estos tiempos de frío. Favorablemente no tendrá que hacer mucho, pues el sol entre el invierno queretano y se coló por el cielo abierto desde temprana hora este domingo 29 de noviembre del 2009.

Tras la ceremonia de apertura en la que contamos con un ritual propio de nuestros pueblos originarios, siguió algo de música de trova a cargo de Manuel Boria, mientras en los puestos sentados al rededor del Jardín Guerrero los hombres y mujeres de economía Solidaria comenzaban a ofrecer sus productos al público en general. Más tarde tendríamos una conferencia sobre el calentamiento global a cargo de Pamela Siurob, del Parque Nacional Cimatario. El Dr. Manuel Basaldua, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAQ abordó el tema de la Economía Solidaria desde la perspectiva de un investigador. Hacia el final de la jornada del sábado tuvimos gratamente la presencia de Ecoclap, un grupo de teatro interpretando una obra musical con conciencia ecológica.

Manuel Pérez Cascajares abordó el tema de «Desarrollo sustentable» refiriéndose a las ecotecnias. Francisco Aguilar, el «Pacha» alternó con algo de música de Silvio Rodríguez y otras afines de trova. Por la tarde tuvimos una reflexión sobre el estado de la Economía Solidaria en México y el mundo. En este panel estuvo Altagracia Villareal, mejor conocida como «Chilo», representando al Espacio Ecosol México; Teresa Martínez, del Centro de Desarrollo Agropecuario (CEDESA), quien habló a nombre de los productores que en pequeño que exponen sus productos en ferias diversas como esta. Chava Cervantes, del Consejo Mexicano de Empresas de la Economía Solidaria; Chava Canchola del Consejo Ecosol Querétaro; además de César Ramírez, Mario Monroy, Miguel Angel Pérez y Donata Vázquez, del mismo colectivo. El teatro y la variedad de bailables y folklor mexicano decoraron con brillantez y sencillez el domingo solidario.

EL MARCO EN EL QUE NOS MOVEMOS

Las organizaciones e instituciones promotoras de esta Feria y otros eventos en el marco de la Economía Solidaria estamos trabajando arduamente en y desde México desde hace algunos años para ir conformando alternativas económicas integrales desde el intercambio de VALORES, tangibles y vitales en nuestras prácticas, que favorezcan en la sociedad una vida digna y sostenible. Buscamos formas creativas que nos permitan coadyuvar en la solución efectiva de los problemas del empobrecimiento así como de la destrucción del medio ambiente, ambos fenómenos relación directa con lo económico y lo social.

Gracias siempre a un trabajo colectivo y de ayuda mutua, hemos ido tejiendo nuestras organizaciones sociales, reportando experiencias simbólicas de la población cada vez creciendo más, organizado talleres formativos, locales, regionales y  nacionales y propuestas de canasta solidaria

Los involucrados en la Economía Solidaria trabajamos en proyectos concretos, productivos, de promoción, educativos, de redes de consumo, de vinculación, de concientización, etc. y participamos en encuentros, nacionales, internacionales y mundiales. Poco hemos dado a conocer nuestros esfuerzos y resultados, Los limitados recursos económicos no nos permiten tener mayor influencia para incidir en la sociedad y en los medios, pero con nuestra creatividad y la herramienta de la tecnología buscamos abrir una ventana cada vez mayor para proponer lo que hemos ido encontrando como algo valioso dentro de la economía y la sociedad, lo que hemos encontrado es lo que hemos buscado hacer realidad, lo que estamos construyendo junto con todos aquellos que se preocupan por generar el OTRO MUNDO POSIBLE.

Extrañamos a otros amigos que han estado con nosotros en Ferias anteriores

Geovani Aguillón, y Mano Lee