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Economía Solidaria …definiciones

La literatura sobre economía solidaria en América Latina y el Caribe aún es escasa, mientras que las experiencias prácticas son cada vez más dinámicas y crecientes. En relación a los enfoques de economía solidaria presentes en la región, existen algunos autores que vienen trabajando vinculados al movimiento social, destacando Luis Razeto, así como investigadores como José Luis Coraggio, Paul Singer, Humberto Ortiz, Marcos Arruda, entre otros y otras, quienes aportan desde sus reflexiones particulares a la formulación teórica del enfoque.

 

Sin eres neófito en el tema, comenzaremos diciendo que el referente principal de mayor alcance para la Economía Solidaria es esa búsqueda de Otra Economía Posible para ese Otro Mundo Posible world-in-hands

 

 

Pero hagamos un repaso de las principales definiciones por autores latinoamericanos sobre la Economía Solidaria:

 

 

Para Razeto, la economía solidaria o Economía de la Solidaridad es una forma de producir, distribuir y consumir en que las relaciones solidarias y la cooperación mutua constituyen la base de la organización de las empresas y de los circuitos de distribución económica. La solidaridad presente y operante en la economía da lugar a una racionalidad económica especial[1]. La solidaridad convertida en fuerza económica es identificada como Factor C, energía social que se genera mediante la unión de conciencias, voluntades y sentimientos en un grupo solidario que se propone objetivos compartidos.

 

Para Coraggio, la economía del trabajo sólo puede comprenderse en contrapunto con la economía del capital. Ve el conjunto de la economía a través de la lógica del trabajo y su reproducción ampliada en contra de la hegemonía del capital y su acumulación. La Unidad Doméstica (UD) es la forma elemental de organización micro socio-económica del trabajo, y no la empresa capitalista, y estas UD pueden generar extensiones de su lógica de reproducción mediante asociaciones, comunidades organizadas, redes de diverso tipo, consolidando organizaciones socioeconómicas dirigidas a mejorar las condiciones de reproducción de la vida de sus miembros[2].

 

Para Singer, la Economía Solidaria es un concepto que alude a la idea de solidaridad, en contraste con el individualismo competitivo, y se refiere a las organizaciones de productores, consumidores, ahorristas, etc., que se distinguen por dos especificidades: a) estimulan la solidaridad entre los miembros a través de la práctica de la autogestión y b) practican la solidaridad hacia la población trabajadora en general, con especial énfasis en la ayuda a los más desfavorecidos[3].

 

Para Ortiz, la Economía Popular y Solidaria, desarrollada en las últimas dos décadas, ha logrado identificar la existencia de una nueva lógica económica presente en las unidades económicas populares gestadas en la lucha por la generación de ingresos y la sobrevivencia de millones de personas que han creado su propia actividad económica. Esta economía popular solidaria se realiza en base al apoyo mutuo, la cooperación y diversas formas de compartir (conocimientos, mercados, tecnología), donde las personas cultivan y desarrollan, a diversos grados, el valor de la solidaridad. La estrategia en este caso es maximizar el factor solidario para lograr la satisfacción de las necesidades básicas y generar acumulativamente procesos de desarrollo, por lo general desde los espacios locales”[4].

 

Para Arruda, la Socioeconomía Solidaria es un sistema alternativo al capitalismo, que se construye a través del florecimiento de redes horizontales y verticales de producción e intercambio de bienes y servicios, mediados por monedas diversas y por relaciones solidarias entre las partes. En el seno de esas redes florecerían unidades productivas, donde el trabajo humano sería el valor central y la colaboración solidaria en la propiedad común y en la autogestión sería el principal modo de relación social. Esta misma lógica se extiende a las relaciones entre los emprendimientos, en el espacio de un mercado más solidario que competitivo, y de un planeamiento del desarrollo de abajo hacia arriba y que tiene en el Estado democratizado su referente más abarcador[5].

 

Así como ellos, existen en América Latina y el Caribe un conjunto de autores que aportan a la reflexión de prácticas económicas cuestionadoras de la lógica capitalista. Una de ellas es el enfoque de la Economía Autocentrada, que apuesta por reorientar los procesos del llamado “desarrollo moderno” por un desarrollo que privilegie la acción en los ámbitos locales y desde ahí, respetando su diversidad, articularlas en espacios más amplios de nivel nacional e internacional. “Nuestra propuesta consistiría en reconstruir poco a poco los espacios regionales y sus sujetos sociales…”[6]. También se encuentran otros autores que abonan a la construcción del enfoque de la economía solidaria, muchos de ellos han sido recogidos en el diccionario de La Otra Economía, entre las cuales se encuentran escritos sobre: Economía Popular, Economía Moral, Economía de la Dádiva, Comercio Justo, Mercado Solidario, Finanzas Solidarias, Desarrollo Local, Moneda Social, entre otros.

 

En México, las Economías Solidarias, de acuerdo al

 

 estudio de caso sobre Economía Solidaria del 2008, se entienden así:

 

 

a) Son un modelo que propicia una nueva gobernabilidad democrática y que por tanto, requiere de la participación de todos los sectores sociales;

b) Son un esquema altamente generador de crecimiento, empleos de calidad, mejor calidad de vida y adaptación a las nuevas formas de empresa y de trabajo;

c) Identifican la formación de la persona como elemento clave del desarrollo, vinculando procesos de calidad y competitividad;

d) Se fundamentan sobre los principios de solidaridad y en el compromiso de las personas en un proceso de ciudadanía activa;

e) Son social y ecológicamente responsables;

f) Contribuyen a la estabilidad y al pluralismo de los mercados económicos; y

g) Responden a prioridades y objetivos estratégicos como: desarrollo local  cohesión social, pleno empleo, lucha contra la pobreza, democracia participativa, mejor gobernanza y desarrollo sostenido.

[1]

Razeto, Luis, Creación de empresas asociativas y solidarias, UVIRTUAL.NET, Chile, 2006.

[2]

Coraggio, José Luis, Economía del trabajo en La Otra Economía, ALTAMIRA, 2005.

[3]

Singer, Paul, Economía Solidaria en La Otra Economía, ALTAMIRA, 2005.

[4]

Ortiz, Humberto, “Economía Popular, Economía Solidaria, fuerza para el desarrollo humano en el Perú”, pág. 1, Mimeo, 2002.

[5]

Arruda, Marcos, Socioeconomía Solidaria en La Otra Economía, ALTAMIRA, 2005.

[6]

Schuldt, Jürgen, Dineros alternativos para el desarrollo local, pág. 226, Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, 1997.

[7]

Villarreal, Altagracia, Alfonso Vietmeier y Mario Monroy Informe del Estudio de Caso de México, abril 2008.


  1. Orlando Troncoso Heredia
    3 marzo 2010 a las 19:31

    estoy formando una empresa de economia popular y solidaria en ecuador me gustaria recibir asesoramiento somos 84 campesinos asociados

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